viernes, 10 de diciembre de 2010

De largo.

Me mezclo en una isla de agua,
como el aceite
desencajo las maneras
desnudando el verte
traicionando las primaveras.

Acoso los momentos pasados
mientras ignoro los que pasarán
y en la playa a los que pasán
les regalo una de cal.
Que se acuesten las alcobas vacías
con sus paredes sin pintar
donde se cuelgan cuadros del revés
clavados sin piedad.
Escuchando las voces que no duermen,
que no callan, que no deján escuchar,
y hablo por decir algo
porque en esta vida uno no se puede callar.
Sin acertijos ni galimatías
que al vuelo cazan respuestas
de los puzzles solitarios
con sus piezas que desaparecían
que no dejaban ni huella ni rastro
porque cogían el tren que hace tiempo ya... que pasó de largo.

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