miércoles, 9 de mayo de 2012

Paradojas de sobremesa

Observando un cuadro de momentos censurados
rodeado por el marco de la realidad transparente.
Corriendo hacia golpes de contrabando
continuando hasta una felicidad a deshoras.
Y pasar las páginas de tinta virtual de mis dos palabras
que se reencuentra con la locura que sigue sin tránsitos.

"Siento por lo tanto vivo"
escrito en mi cartel publicitario llamado cara.
Dos palabras que cuentan historias,
historias reales, con epílogos reales
de la mano de distancias enemigas,
agresoras de un nosotros.

Comunicados, sin elección,
por pantallas de colores transparentes,
por suerte entre tanto paréntesis
quedan mis encuentros terapéuticos
con un "vosotros" de protagonistas.

Y sigo cantando baladas por la noche,
y desde hace pocas noches, baladas bidireccionales,
que me llevan a esas rectas sinuosas,
a esas sonrisas matutinas.

Sin aliento encuentro un banco
y hago mi descanso narrativo
solo para acabar en una intimidante metábasis súbita,
con orejas de lobo y que no me quita su mal ojo.

Dos palabras que contaron una historia,
una se quedó atrás, la otra se adelantó,
para solo decir "contuinará"...

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